MAN España

Un MAN en el bosque...

Retroceder varios cientos de metros con la carga completa no es un problema para Robin

A los tres años, Robin Hils ya sabía que un día conduciría camiones. Tras un periodo dedicado al transporte de larga distancia, este joven de 28 años trabaja actualmente en el sector de la silvicultura, en un lugar especial, con retos igual de especiales: en el Parque Nacional de la Selva Negra.

Suecia, Italia, Benelux: todo eso quedó atrás. Hoy Robin viaja a Baiersbronn, Ruhestein u Obertal: rutas en torno a la Selva Negra. La empresa forestal Spinner para la que conduce, se dedica a triturar y transportar madera dañada infestada por escarabajos. Robin saca el material triturado del bosque con su tren de contenedores para su posterior venta y quema en plantas de biomasa.

No risk, no fun. O lo que es lo mismo: sin riesgo no hay diversión.

Robin reconoce a dónde debe ir por los números de los pólders de las secciones del bosque que aparecen en su plan. Sin embargo, a veces los estrechos caminos forestales no son viables. Entonces hay que retroceder con el remolque, a veces a varios cientos de metros. Y si la visibilidad sigue siendo extremadamente limitada debido a la distancia, esto se convierte en un auténtico desafío. «Es gracioso, pero: ¡no risk, no fun!», dice Robin.

El padre de Robin ya conducía un camión MAN

Robin conduce un vehículo con cambio manual de MAN. «MAN tiene los mejores vehículos de tracción total», dice, mientras añade que valora el cambio de marchas y que, por lo tanto, se le podría catalogar como «conductor de la vieja escuela». «Me gustaría haber nacido veinte años antes. Me habría encantado conducir un F2000. Para mí, es el mejor vehículo del mundo. Mi padre también tenía uno para el tráfico de larga distancia».

Pero Robin también está muy satisfecho con su TGS 510: «Una pasada desde el punto de vista estético». No quería conducir ningún otro camión. A Robin le gusta especialmente la pequeña cabina con techo plano y la batalla corta, que le beneficia en el servicio de invierno cuando los caminos forestales están nevados.

A Robin, la pasión por los camiones le viene prácticamente desde la cuna. Su abuelo también era conductor profesional. Recuerda que a los tres años ya soñaba con conducir un camión.

Robin describe como puro azar que haya terminado en el sector de la silvicultura a pesar de los desvíos. La Selva Negra es su hogar. «Muchas cosas en el bosque me recuerdan al negocio», ríe Robin. «Sigo disfrutando de la naturaleza. La tranquilidad y el paisaje son muy bonitos».